Muchas personas que seguían nuestros planes, como El Plan Revolucionario o De Cero a Ceto, valoraban especialmente los planes nutricionales y las recetas.
Aprender a cocinar es una de las mejores cosas que puedes hacer por tu salud
Por ese motivo creamos este libro, con 100 nuevas recetas para disfrutar cocinando y comiendo.
La historia
No queríamos hacer un libro de recetas tradicional, por eso decidimos organizarlo siguiendo las grandes eras de la humanidad.
Irás descubriendo cómo cambió nuestra comida y los métodos de cocina a lo largo de nuestra historia.
Empezamos hablando de la caza, la pesca y la recolección. Después de la revolución agrícola y la industrial. Por último hablaremos de cómo la revolución digital nos puede ayudar a cocinar de manera más eficiente y segura.
Las recetas y los alimentos
Chef Sapiens incluye recetas para todos los gustos y habilidades culinarias.
La mayoría de recetas son sencillas y no requieren mucho tiempo en la cocina. Otras son más sofisticadas y están pensadas para momentos especiales.
Algunas son Paleo y otras Cetogénicas, pero también encontrarás muchas recetas veganas y vegetarianas. Usamos en general alimentos que encontrarás en la mayoría de supermercados, y además te proponemos probar ingredientes nuevos y combinarlos de formas novedosas.
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Introducción
Mucho antes de la aparición del Homo sapiens, nuestros ancestros ya usaban el poder del fuego para defenderse de los elementos y transformar sus alimentos. De hecho, muchos antropólogos afirman que, sin la cocina, la humanidad no existiría.
Cocinar permitía a nuestros ancestros obtener más energía de su comida e incorporar nuevos alimentos a su dieta. Reducía también los patógenos de los alimentos y los conservaba por más tiempo.
Externalizamos en el fuego parte de la digestión de nuestros alimentos, reduciendo así el gasto energético de nuestro intestino. Cocinar la comida nos permitió por tanto ahorrar energía, que fuimos derivando gradualmente hacia el cerebro. Con el paso de los milenios, nuestro intestino se hizo más pequeño y nuestro cerebro más grande.
Sin el fuego, nunca habría evolucionado nuestro gran intelecto. Un cerebro mayor nos permitió desarrollar estrategias de caza y recolección más efectivas, e idear formas más productivas de transformar nuestra comida. Pasamos de cocinar directamente sobre el fuego a usar ollas rudimentarias para hervir los alimentos.
Más tarde, la agricultura hizo posible el desarrollo de grandes sociedades, y los humanos nos asentamos a lo largo y ancho del planeta. En vez de cazar y recolectar la comida de cada día pasamos a cultivar plantas y animales, cambiando su genética y, con el tiempo, la nuestra.
Hace apenas unos siglos, la revolución industrial dio lugar a avances tecnológicos que nos permitieron conservar mejor los alimentos, facilitando el transporte a larga distancia y reduciendo el riesgo de hambrunas.
Actualmente estamos inmersos en la llamada revolución digital, donde aprendimos a usar el poder de la electricidad y los microchips para preparar nuestros alimentos de formas más eficientes y sofisticadas.
En definitiva, la historia de la humanidad es la historia de la cocina. Estamos adaptados a la comida cocinada de la misma manera que las vacas están adaptadas a comer hierba o los leones a comer carne cruda. Somos criaturas de la cocina. Somos Chef Sapiens.
A pesar del papel de la cocina en el génesis y la evolución de nuestra especie, muchos ven el acto de cocinar como una pérdida de tiempo, un mal necesario que prefieren delegar en la industria alimentaria. Por desgracia, la industria alimentaria está más preocupada por su rentabilidad que por nuestra salud.
Si cocinar está en nuestros genes, es lógico pensar que dejar de hacerlo nos perjudicará. Y, efectivamente, es lo que indica la evidencia más reciente. Multitud de estudios encuentran una relación inversa entre obesidad y el tiempo que pasamos cocinando.
Si quieres mejorar tu salud y de paso adelgazar, debes aprender a cocinar. Intenta que la mayoría de tus comidas se preparen en tu cocina, no en una fábrica.
Además, cocinar es mucho más que satisfacer el paladar, es mucho más que ingerir calorías y nutrientes. La cocina es cultura, y estudiar las recetas antiguas nos enseña tanto sobre los alimentos de entonces como sobre sus creadores. Todos comemos, pero la forma en la que satisfacemos esta necesidad básica varía enormemente en función de las épocas y las regiones.
Cocinar es una forma de expresión personal pero también un medio para conectar con los demás. Mientras que la mayoría de animales se alimentan por su cuenta, los humanos comíamos en grupo, tradicionalmente alrededor del fuego. Cocinar era un ritual, y la comida sigue siendo una parte central de nuestra vida social.
En resumen, cocinar está en nuestro ADN, es parte de lo que define nuestra especie. Esperamos que las recetas de este libro te ayuden a liberar el Chef Sapiens que llevas dentro.
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