Sobre mi alimentación… y una confesión

Recientemente publiqué en el Facebook de Fitness Revolucionario algunos de mis platos típicos, en el desayuno, comida o cena.  Si bien  yo estoy acostumbrado a comer así hace varios años, es cierto que dista bastante de la alimentación habitual (por desgracia muy influenciada por la dañina pirámide alimentaria oficial), y he recibido múltiples consultas de vosotros (lo cual siempre es agradable :-)).

Mi idea con este post es resumir los tópicos principales que se repitieron en vuestras consultas, para compartirlas con todos, y de paso hacer una confesión.

 – Para cocinar –

A muchos de vosotros os parece raro el uso de aceite de coco en la cocina; especialmente en España, donde los cocos no abundan y donde nos hemos criado con nuestro típico aceite de oliva, que sin duda es muy sano y recomendable, pero lo usamos más en frío. De todas maneras, por su contenido en antioxidantes, no hay problema tampoco en cocinar con aceite de oliva.

Las grasas saturadas son más estables a altas temperaturas, y por tanto son ideales para cocinar.  Aparte del aceite de coco (alto en grasa saturada, y muy saludable), recomiendo el uso de la mantequilla clarificada para cocinar, ya que tiene un punto de humeo más alto que la mantequilla normal. Puedes comprar la mantequilla ya clarificada o prepararla en casa (es fácil).

Por desgracia, la «desinformación» que ha promovido la industria durante las últimas décadas ha logrado que mucha gente siga teniendo recelos de este tipo de grasas, a pesar de ser muy buenas para la salud.

– ¿Siempre ensalada? –

Casi siempre; es la base de la pirámide de alimentación que propongo (o del «plato revolucionario«), e incluir en cada comida una ensalada generosa es la mejor forma de asegurar que comes todas las verduras y vegetales necesarios. Para hacerla más «atractiva» puedes añadir un poco de jamón, gambas, pollo o incluso un poco de queso.

– Postre –

He recibido también consultas sobre mi postre. Y suelo tomar siempre algo a modo de postre, pero desde luego no el concepto tradicional de postre cargado de azúcar (flan, tarta, helado…). En general mi postre es una fruta de temporada, un poco de yogur (de leche orgánica) o un trocito de chocolate negro, al que le dedico la siguiente sección.

– Chocolate –

El chocolate es un alimento natural, con múltiples beneficios: aporta antioxidantes, mejora la lucidez mental, calma la ansiedad…

Sin embargo, la industria alimenticia ha «pervertido» este sano alimento, ofreciéndolo en la mayoría de los casos como parte de productos procesados con alto contenido de azúcar (en cantidades mucho mayores que el chocolate). Es decir, lo que nos venden en realidad es azúcar con sabor a chocolate.

El problema de haber comido este tipo de «sucedáneos de chocolate» durante tantos años es que hemos perdido el gusto por el chocolate de verdad; afortunadamente podemos re-educar nuestro paladar para apreciar de nuevo este regalo de la naturaleza.

Empieza con chocolate que tenga al menos un 60% de cacao, y verás como poco a poco te vas acostumbrando al sabor intenso del chocolate. Vete subiendo después el % poco a poco.  Yo como actualmente chocolate con 90% de cacao, y me parece delicioso!!

– Café –

Otro producto natural, que genera fuertes divisiones. Es cierto que algunos estudios asocian el exceso de cafeína con mayor presión arterial y un ligero aumento de enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, otros estudios indican que reduce el riesgo de enfermedades cognitivas como Alzheimer o Parkinson, e incluso disminuye las posibilidades de desarrollar diabetes tipo 2.

Si bien creo que un exceso de cafeína no es recomendabletodo apunta a que tomar par de tazas al día de buen café (no el agua manchada que sirven en muchas oficinas) es beneficioso. Idealmente no tomes café por la tarde porque sí puede interferir con los ciclos naturales del sueño. También deben tener precaución las mujeres embarazadas, ya que un consumo excesivo (más de 3 tazas al día) puede incidir negativamente en el desarrollo del feto  (aunque con baja probabilidad).

Personalmente todavía no me gusta el café solo, y tampoco quiero añadirle azúcar o endulzantes. Por eso lo corto con un poco de leche. Al igual que pasaba con el chocolate, nos hemos acostumbrado a las bebidas excesivamente dulces, y eso no es natural. Si es tu caso, vete reduciendo poco a poco la cantidad de azúcar/endulzante que utilizas. En vez de un sobre, prueba con 3/4, después la mitad, después sólo 1/4…

– ¿Demasiado estricto? –

Algunos me habéis preguntado si no es difícil «privarse» de cosas como el pan o la pasta. En primer lugar, hay que aclarar que una vez que tu cuerpo se adapta a comer comida «natural», que no dispara tus niveles de azúcar en sangre, pierdes buena parte de los antojos por los productos más refinados. Creo que quien come como yo durante un tiempo, no se siente privado, al revés. Lo único de lo que te privas es de sentirte fatal por el efecto de esas comidas en tu organismo.

También recibí varias consultas en relación a los famosos «cheat days» o «días trampa», donde te saltas cualquier regla de alimentación y comes lo que te plazca. Como decía antes, mi experiencia es que aquellos que llevamos años alimentándonos como explico en el Blog, no sentimos realmente la necesidad de «hacer trampa». Otra cosa diferente es que en ciertos eventos sociales te flexibilices un poco y comas «lo que hay»; Personalmente, cuando me enfrento al conflicto interno entre «comer algo poco saludable» y «ofender al anfitrión» rechazando lo que preparó, suelo escoger la primera opción. Si te alimentas bien el 90% de las veces, tu cuerpo puede tolerar el 10% restante, donde tus elecciones no son las ideales; así que disfruta lo que comas (aunque no sea lo mejor para tu salud) y no te sientas culpable. Simplemente retoma los buenos hábitos al día siguiente. Recuerda que el estrés de sentirse culpable puede ser peor para tu salud que el trozo de pizza que te has comido 🙂 !

Dado que ha habido bastantes preguntas al respecto, dedicaré próximamente un post específico al tema de los Días Trampa.

– ¿Demasiado tiempo? –

Ah, la famosa excusa: no tengo tiempo para cocinar, no tengo tiempo para hacer ejercicio… Como todo en la vida, es una cuestión de prioridades. Todo el mundo habla de lo importante que es la salud, y a la hora de verbalizar prioridades lo ponen en el primer lugar en su lista; sin embargo, nuestras prioridades reales no se definen por lo que decimos, sino por lo que hacemos. Y la triste realidad es que a la hora de la verdad, juzgando por las acciones y no por las palabras, para muy pocas personas es una prioridad real la salud. Se trata de un claro ejemplo de lo urgente (trabajo, compromisos sociales, televisión…) ganando la batalla a lo importante (tu salud). No lo permitas. Y recuerda que si no tienes un buen cuerpo es simplemente porque no es una prioridad real para ti, esa es la verdad.

Pero me estoy enrollando; volviendo al tema del tiempo necesario para cocinar, hay varias estrategias, que si bien no son las ideales, son bastante aceptables, especialmente si la alternativa es calentar una pizza en el microondas o comer un sandwich:

  • Aparte de los productos frescos, compra productos congelados, especialmente para los días de semana que sueles tener menos tiempo. Una opción interesante es el pescado (o marisco) o pollo congelado. Por la mañana lo pasas del congelador a la nevera y por la noche sólo tienes que cocinarlo 5-10 min a la plancha con un poco de ensalada.
  • Compra vegetales envasados. Hay espinacas, lechuchas, mix de verdes… ya cortados y lavados. Sólo tienes que abrir la bolsa y servir. Obviamente no es lo mismo que comprar los productos frescos en el mercado, pero es una alternativa razonable cuando tienes poco tiempo.
  • Al cocinar, haz porciones mayores, lo que te permite comer bien al día siguiente sin más que calentar la comida sobrante.
  • Ten siempre snacks sanos en casa, como frutas pequeñas y frutos secos. De esta manera puedes picar algo mientras preparas la cena, y mitigar el hambre.
  • Y una estrategia para ahorrar tiempo cocinando es no comer de vez en cuando, es decir, realizar ayuno intermitente. Ahorras tiempo y mejoras tu salud :-).

Pero dicho esto, he de reconocer que yo cuento con una ventaja importante, y esa es mi confesión…

– La confesión –

He recibido algunas alabanzas por los platos que subí al Facebook, unos más sencillos, otros más elaborados, pero todos muy ricos.  Y la realidad es que tengo poco mérito, ya que no he preparado ninguno de ellos; tengo la gran fortuna de estar casado con una excelente cocinera (y revolucionaria del Fitness!).

Aunque tampoco podemos pasar por alto mi aporte en la cocina, ya que soy el encargado de preparar las ensaladas! 😀