Después de estirar tus músculos, su capacidad de contracción se reduce. Esto reduce su aplicación de fuerza y su capacidad de estabilización.
No me malinterpretes, la flexibilidad es uno de los componentes de lo que significa estar fit, y por eso recomiendo ejercicios de flexibilidad de manera periódica como parte de mi pirámide de ejercicios, pero no antes de un entrenamiento.
Lo que sí debes hacer antes de entrenar es calentar; pero calentar no implica estirar. Calentar te permite aumentar la temperatura corporal, lubricar las articulaciones y llevar más sangre y oxígeno a los músculos para aumentar su capacidad de acción.
El tipo de calentamiento a realizar depende del tipo de entrenamiento que vayas a hacer, pero mi recomendación es que tu calentamiento sea una versión ‘ligera’ de tu sesión de ejercicios:
- Si vas a entrenar con pesas, simula de manera rápida los mismos ejercicios pero sin pesas.
- Si vas a entrenar resistencia muscular, haz unos minutos de actividad vigorosa, como saltar cuerda o correr en el sitio.
No es necesario que tu calentamiento dure más de 5 minutos. Calentar no es una sesión de cardio, sino una forma de preparar tu cuerpo para la actividad física vigorosa.
Repito que estirar es importante; mantener una buena flexibilidad es clave para un cuerpo saludable y libre de lesiones. Sin embargo, el momento ideal para hacerlo es después de entrenar, y no antes. La única excepción a esto es si alguna parte de tu cuerpo está especialmente tensa y rígida antes de entrenar y no sientes que los cinco minutos de calentamiento hayan hecho su efecto. En este caso puedes hacer un ejercicio de estiramiento focalizado en esa zona, pero sin mantener la elongación más de 5 ó 10 segundos.
Por otra parte, debemos aprender a diferenciar flexibilidad de movilidad.
Si quieres algo más completo y detallado, lee un artículo más reciente.