Ya he hablado muchas veces sobre lo que significa estar fit realmente, y todas las dimensiones que requiere. También he explicado la pirámide de ejercicios que propongo conceptualmente para desarrollar esas dimensiones de una manera holística e integrada.
Si bien todas las dimensiones (fuerza, resistencia, potencia, flexibilidad…) son importantes, reconozco que siento una especial debilidad por la fuerza, e intentaré explicar en este post por qué creo que es el elemento más importante que debes trabajar (seas hombre o mujer).
No estoy hablando de grandes músculos, sino de músculos funcionales, que soporten correctamente tu estructura y te permitan desarrollar con facilidad tus actividades diarias.
Más fuerza está ligada a mejor y más larga vida
A medida que la sociedad ha ‘evolucionado’, la fuerza física ha perdido relevancia para nuestra supervivencia inmediata, pero eso no hace que sea menos importante para determinar la calidad de nuestra vida y nuestra longevidad. Muchos estudios demuestran una relación clara entre fuerza y longevidad (lee algunos).
A mayor masa muscular menos incidencia de enfermedades asociadas con la edad y mayor capacidad para disfrutar la vida (aparte de ser más sexy, ¡claro!). Al ganar fuerza no sólo se desarrolla músculo sino que también se fortalecen los huesos (evitando enfermedades como la osteoporosis) y las articulaciones (previniendo otras lesiones).
Antiguamente la fuerza determinaba cuanto comíamos, nuestras posibilidades de apareamiento y la supervivencia misma. Si bien hoy en día se tiende a valorar más el componente intelectual, lo cual no digo que sea malo, no podemos olvidar que en el fondo seguimos siendo animales, y que una persona débil siempre será más infeliz que una persona fuerte en igualdad de condiciones. Y te puedo asegurar que las transformaciones en autoestima y vitalidad cuando alguien gana fuerza (y se puede ganar fuerza a cualquier edad) son increíbles.
Antiguamente éramos fuertes como consecuencia de nuestro entorno natural. O eras fuerte o morías. Hoy en día no dependemos de nuestra fuerza para comer o proteger a nuestra familia, por tanto a mucha gente no le preocupa ser fuerte. Pensamos que la fuerza es opcional porque ya no es necesaria en la mayoría de trabajos actuales.
Sin embargo, nuestra genética sigue siendo la misma, y no ha cambiado porque se hayan inventado los trabajos de oficina. Nuestro cuerpo evolucionó durante millones de años en un entorno en el que debía ser fuerte, y privarlo de desarrollar su fuerza impide que tus genes se expresen en todo su esplendor.
Debemos por tanto desarrollar nuestra fuerza para replicar las condiciones bajo las que evolucionó nuestra fisiología, y lograr así que nuestro cuerpo y nuestra mente funcionen correctamente en la sociedad moderna.
Cuando alguien se da cuenta de que se ha ‘descuidado’, y decide hacer algo por su salud, lo más común es empezar a correr y/o ir al gimnasio a trabajar con los típicos circuitos de máquinas. Sin embargo, esta es una manera poco eficiente de intentar ponerse en forma; mucho mejor que no hacer nada, sin duda, pero mejorable. Tanto si quieres perder peso como ganar músculo, la clave es entrenar tu fuerza.
Cómo desarrollar fuerza
La clave para ganar fuerza es la llamada sobrecarga progresiva, como explico aquí.
Por definición, nuestro cuerpo se resiste al cambio; está diseñado para mantener lo que se llama homeostasis, y para romperla debes sacar al cuerpo de su zona de confort.
El sistema neuromuscular sólo reaccionará si aplicas suficiente tensión mecánica, e idealmente con ejercicios que simulen patrones de movimiento naturales (aquellos que tenían alguna utilidad para nuestra supervivencia durante millones de años).
Para aprender más sobre ganancia muscular y fuerza, visita esta página.