Un reel reciente sobre los snacks de movimiento atrajo muchos comentarios de personas que piensan que el microondas es peligroso.
Me sorprendió que exista todavía esa creencia, así que recupero este texto de nuestro libro de recetas Chef Sapiens.
El calor es el gran mecanismo transformador en la cocina.
Sin embargo, hemos ido inventando formas más efectivas de producir este calor. Durante miles y miles de años el fuego fue el principal generador de calor. Lo obtuvimos primero quemando madera y tiempo después carbón.
Más recientemente aprendimos a usar gas y, finalmente, electricidad.
A principios del siglo XX aparecieron los primeros hornos eléctricos, pero eran caros y poco prácticos.
En pocas décadas, sin embargo, se hicieron cada vez más populares, y el fuego era cada vez menos frecuente en las cocinas.
El origen del microondas
En la Segunda Guerra Mundial, Percy Spencer estaba experimentando con distintas tecnologías para mejorar el funcionamiento de los radares. En su trabajo usaba magnetrones, dispositivos que transforman la energía eléctrica en ondas electromagnéticas.
Una mañana, mientras operaba estas máquinas, observó que se derritió la barrita de chocolate que guardaba en su bolsillo. Acercó después al magnetrón un huevo y granos de maíz. El huevo se cocinó a la perfección y los granos de maíz se convirtieron en palomitas.
A partir de estos experimentos, Spencer construyó un sencillo prototipo orientado a calentar la comida, consistente en un magnetrón y una caja metálica para atrapar la radiación. Comprobó que, efectivamente, la comida colocada en la caja se calentaba rápidamente.
En pocas décadas el microondas se convirtió en una pieza central de muchas cocinas.
Aunque muchas personas siguen temiendo su radiación, es un miedo injustificado. Todos los objetos, incluido el fuego o nuestro propio cuerpo, emiten radiación. La luz que nos rodea es radiación, y por supuesto también las ondas de radio o televisión.
Lo que convierte a algunos tipos de radiación en peligrosas es su capacidad ionizante. La radiación del microondas no es ionizante, por lo que no puede modificar el material genético.
Sus ondas calientan los alimentos al interactuar con sus moléculas de agua, por eso no elevan la temperatura de materiales como el vidrio.
Salvo algún fallo, la radiación no se escapa del microondas, por lo que no hay ningún riesgo a su alrededor. Incluso si se escapara algo de radiación deberías exponerte por mucho tiempo y a corta distancia para sufrir algún daño.
Peligro real
El principal riesgo del microondas no es la radiación, sino la explosión de algún alimento. Alimentos compuestos por partes con diferentes tiempos de cocción, como los huevos con cáscara podrían estallar por la presión del vapor.
Otra idea equivocada sobre el microondas es que reduce el valor nutricional de los alimentos respecto a otros métodos, pero tampoco es cierto.
Por su funcionamiento, el microondas reduce el tiempo necesario de cocción y no requiere agua o aceite, manteniendo la mayoría de propiedades nutritivas de las verduras.
Sin duda es difícil lograr con el microondas las texturas que nos da un horno o una parrilla, pero es un tema de paladar, no de salud.