La insulina es la encargada de llevar la glucosa a las células, siendo esencial para la vida. Sin embargo, si estas células están ya llenas de glucógeno, tu cuerpo aumenta la producción de insulina, elevando el riesgo de resistencia a la insulina. Además, mientras la insulina está alta tu cuerpo no quema grasa, creando una situación poco favorable.
Es importante por tanto controlar la insulina, pero es equivocado echarle toda la culpa de la epidemia de obesidad, como explico en este podcast.
Únete a la Revolución