El Juego Infinito de la Salud

«El objetivo de un juego finito es ganar. El objetivo de un juego infinito es seguir jugando» – James Carse

Hay un problema importante con la forma en la que la gente intenta mejorar su salud y su cuerpo.

No me refiero al tipo de dieta o de entrenamiento que siguen, sino a la forma en la que piensan.

La mayoría aborda su cambio como un juego finito y busca un resultado estético a corto plazo.

La salud, sin embargo, es un juego infinito.

Se rige por reglas distintas y requiere una mentalidad distinta.

Veamos cómo ganar el juego infinito de la salud.

Juegos finitos vs. Juegos infinitos

El concepto de juegos finitos e infinitos viene de un libro de James Carse, aunque fue popularizado más tarde por Simon Sinek en el mundo de los negocios.

Los juegos finitos tienen reglas fijas y objetivos concretos. Tienen ganadores y perdedores, definidos por criterios externos. El objetivo es ganar.

Por el contrario, los juegos infinitos tienen reglas variables y dinámicas. El concepto de ganar o perder está más ligado a criterios internos. El objetivo no es ganar, sino seguir jugando.

Todos los deportes son ejemplos de juegos finitos. Las reglas están claras y el objetivo es vencer al adversario.

La salud, por el contrario, es un juego infinito.

El juego infinito de la salud

Muchos abordan su cambio de hábitos con objetivos concretos. Evalúan su éxito en función de si han alcanzado su peso objetivo o si han conseguido marcar sus abdominales.

No hay nada malo en definir objetivos, pero entendiendo que son simples etapas en el camino.

Tu salud es un juego infinito. Sus reglas cambian según avanza la ciencia y tus prioridades. No perseguirás lo mismo a los 20 que a los 60.

Los juegos finitos son rígidos, los juegos infinitos son flexibles.

Tampoco hay un momento donde puedas decir que ya eres «saludable», porque el juego no se detiene, no tiene fin.

Y al contrario que en los juegos finitos, aquí nadie tiene que perder para que tú puedas ganar.

De hecho, ayudar a tu entorno a mejorar sus hábitos revertirá en una mejor salud para ti.

Es más fácil cambiar en equipo que en solitario. Jugar solo es aburrido.

La salud es un juego cooperativo, no competitivo.

El objetivo no es ganar a los demás, es progresar.

Foco en el largo plazo

El juego de la salud consiste en jugar lo mejor que puedas, durante todo el tiempo que puedas.

Cuando entiendes esto, empiezas a jugar a largo plazo.

Y las decisiones que tomas son muy distintas cuando piensas en semanas que cuando piensas en décadas.

Pensar a largo plazo elimina el estrés causado por buscar resultados estéticos inmediatos. Reduce el riesgo de caer en dietas absurdas o de intentar seguir planes de entrenamiento extenuantes.

Entender que la salud no es un sprint, sino una maratón, lo cambia todo.

El concepto de juegos infinitos también es importante en los negocios. James Sinegal, fundador de Costco, decía lo siguiente: «El objetivo de Wall Street es ganar dinero entre hoy y el próximo martes. El nuestro es crear una institución de la que nos sintamos orgullosos en 50 años».

Aplicado a tu salud, es mucho menos importante perder unos kilos en cuatro semanas que poder jugar con tus nietos sin fatigarte dentro de cuatro décadas.

Pensar a largo plazo te hace más paciente. Te hace entender que las cosas llevan tiempo, y que no puedes alterar la velocidad natural de los procesos.

Proceso vs. Resultados

Los que ven la salud como un juego finito buscan atajos y hacks para lograr resultados rápidos.

Los que entienden que es un juego infinito se centran en el proceso y aprenden a disfrutarlo.

Aprenden a ver la actividad física como una forma de mejorar sus capacidades y tener más energía, no como un medio para un fin o una forma de compensar todo lo que han comido.

Aprenden a ver la dieta como una forma de nutrir su cuerpo, no como una restricción temporal que deben tolerar.

Aprenden a ver la cocina como una forma de reconectar con los alimentos, no como una pérdida de tiempo.

En resumen, aprenden a evaluar su progreso en función de si han respetado el proceso: ¿He comido bien hoy? ¿He entrenado? ¿He dormido suficiente?

Pequeños hábitos repetidos a diario dan lugar a grandes cambios.

Tu juego más importante

Nos guste o no, todos participamos en el juego de la salud.

Algunos están ganando, muchos están perdiendo.

Y aquí hay mucho más en juego que en el fútbol o en el baloncesto. Es, literalmente, una cuestión de vida o muerte.

Aprender a jugar el juego infinito de la salud es de las cosas más importantes que puedes hacer en tu vida.